Mientras tú no estés aquí

Mientras tú no estés aquí

No sé por qué te escribo, después de todo no es tu culpa, soy sólo yo que aún no se acostumbra a tu ausencia.
Por momentos te siento cercano, tanto que casi podría tocarte, pero siempre es así en mis sueños, donde no hay distancias, fronteras, un pasado, o una línea de tiempo que separe límite nuestras vidas… El dolor es cuando despierto y comprendo cuán lejos estás de mi realidad.
Después de haber estado viéndote en todo aquello que me rodeaba, hoy miro a través de mi ventana y sólo veo el reflejo de mi propio rostro pegado al otro lado del cristal.
Demasiadas horas sin dormir, demasiado tiempo ausente, lejos de mi propio cuerpo donde eres todo lo que necesito y quiero, donde podemos correr el uno tras del otro, sin nada que temer…
Pero cada amanecer es lo mismo,
te grito con todas mis fuerzas:
“¡No te vayas,
no te separes de mí,
quédate y prometo hacerte feliz
como nadie más lo hará!”


Aun así, mis manos ya no te tocan y te desvaneces entre los recuerdos de mi cabeza. ¿Dónde estás? ¿A dónde te has ido? ¿Aún puedes oírme? -Y otra vez me despierto sobre mi cama, con la almohada húmeda y una lágrima rodando por mi rostro.
Después de todo lo que fuiste para mí, después de ser el único pensamiento en mi cabeza, el único sentimiento en mi corazón y la única verdad en mi vida, ahora ya no eres nada, sólo una triste verdad.
¿Acaso podrías tú decirme cómo es que aun cuando no estás conmigo... mis dedos todavía sienten tu rostro, mis ojos aún ven los tuyos, y mis oídos aún escuchan tu voz?
Porque por mucho que lo niegue, o por mucho que intente luchar en contra de ello, todo esto es parte de mí, y seguirá siendo así…Mientras tú no estés aquí.

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